Encuesta Confirma Escasos Conocimientos Financieros de los Hogares Dominicanos
Autor:
Víctor T. Féliz Féliz
En artículos anteriores, hemos tocado la carencia de conocimientos financieros que manifiesta la población dominicana sin importar su nivel educativo y económico. Llegamos a esas conclusiones por la interacción en nuestra práctica docente, así como, en las múltiples charlas dictadas sobre estos temas a un variado blanco de público.
Nuestras afirmaciones, que partían de la percepción empírica, han sido confirmadas por la Encuesta de Cultura Económica y Financiera de la República Dominicana 2014, presentada por el Banco Central, en la misma se determinó que una alta proporción de los hogares dominicanos tienen escasos conocimientos de los recursos financieros que existen a su disposición.
La encuesta revela que el 66% de los hogares no están bancarizados, o sea, que no utilizan ningún producto de los bancos. Dentro de las razones que alegan, un 66% dijo que no genera ingresos suficientes, siendo esta la excusa más recurrente para que una persona no ahorre; un 43% entiende que sus ingresos son irregulares, en este caso, es cuando más se impone que planifiquemos nuestras finanzas para poder hacer regulares esos ingresos; un 20% se siente cómodo manejando sus finanzas informalmente, lo que lo expone a posibles pérdidas y gastos innecesarios; el 15% le teme a los demasiados requisitos y condiciones de las instituciones financieras, lo que debe hacer reflexionar a estas organizaciones sobre cómo facilitar el acercamiento de la población a los bancos, minimizando los trámites y abaratando los gastos; un 13% dice que no confía en las intermediarias financieras formales; un 11% cree que los gastos por servicios, comisiones y tasas de interés son muy elevadas; un 9% teme a ser rechazada en su solicitud; un 6% se le dificulta acceder a una entidad bancaria; y finalmente, un 5% ha sido rechazado en una ocasión en que solicitó un servicio bancario.
Esta encuesta, resulta un importantísimo insumo para que las autoridades, junto a las instituciones de intermediación financiera, diseñen planes de educación y acercamiento de los hogares dominicanos hacia la bancarización, como forma de ayudarle a planificar sus finanzas para así mejorar sus condiciones de vida y consecuentemente, la reducción de los niveles de pobreza.